El Virus del Papiloma Humano (VPH) está asociado a las verrugas genitales, lesiones premalignas de vulva, vagina y cuello de útero, así como neoplasias malignas, entre las que destaca, el Cáncer de Cuello de Útero (CCU) o cáncer de cérvix. Entre otros tipos de cáncer provocados por el VPH se encuentran las localizaciones en vulva, vagina, pene, ano y orofaringe. En los varones el 90 % de los cánceres anales son causados por los tipos VPH 16 y 18. Así mismo, en los casos de cáncer de pene y orofaríngeo la asociación con la infección persistente del VPH es importante.

La infección por el VPH es muy frecuente, llegando a alcanzar una prevalencia de más del 50 % entre mujeres jóvenes sexualmente activas en determinados entornos según algunos estudios. Se estima que el 90 % de las infecciones son eliminadas por los mecanismos de defensa del organismo. En el 10 % restante la infección persiste y puede desarrollar lesiones displásicas, sensibles a transformarse en malignas. Mientras más persista la infección mayor el riesgo de neoplasia intraepitelial y carcinoma invasivo.

El mérito de asociar el VPH con el CCU y anal es del profesor Ian Frazer de la Universidad de Queensland. En la década de 1990 trabajó con el Dr. Zhou y crearon las partículas similares al virus (VLP) que sirvieron de base para el desarrollo futuro de la vacuna. Definitivamente, la vacuna comenzó a comercializarse en 2006 por la farmacéutica Merck.

El objetivo de las vacunas es estimular la producción de anticuerpos neutralizantes contra las partículas virales. La protección se consigue cuando se alcanzan títulos elevados y sostenidos de estos anticuerpos neutralizantes. Estudios recientes han encontrado que la respuesta inmunitaria celular mediada por células T desempeña también un papel muy importante en la regresión de las lesiones epiteliales.

Hoy en día hay disponibles cuatro vacunas contra el VPH: Cervarix, Gardasil, Gardasil-9 y Cecolin. Cervarix es una vacuna bivalente que actúa de forma específica contra el VPH-16 y el VPH-18. Gardasil es una vacuna tetravalente dirigida contra el VPH-6, VPH-11, VPH-16 y VPH-18. A su vez, la nonavalente Gardasil-9 actúa contra el VPH-6, VPH-11, VPH-16, VPH-18, VPH-31, VPH-33, VPH-45, VPH-52 y VPH-58. Por último, Cecolin es una vacuna bivalente contra el VPH-16 y el VPH-18.

Los países que han conseguido establecer programas exitosos de vacunación han alcanzado importantes resultados en la prevención de las infecciones por el VPH. Lamentablemente, muchos países aún no tienen implementadas las campañas de vacunación contra el VPH. En ese sentido, hay que reforzar la intervenciones educativas para aumentar la aceptación de las vacunas que permita hacer una eficaz prevención de las enfermedades asociadas al VPH.

En 2017 la eficacia y seguridad de la vacuna nonavalente Gardasil-9 contra el VPH fue seleccionada entre los 10 resultados más destacados en la oncología ginecológica. Los resultados de un estudio desarrollado en Alemania encontraron una reducción de la incidencia de cáncer de cuello uterino del 24% con la vacunación de niños con Gardasil-9. Así mismo, se apreció una disminución de cánceres anales del 30 % en hombres y del 14 % en mujeres. Por otro lado, son vacunas bastante seguras con efectos secundarios locales en el sitio de la inyección y de tipo general como cefalea, fiebre y malestar general, con una frecuencia muy baja.

El Calendario de Vacunación 2023 en España contempla la vacunación contra el VPH en dos dosis a los 10-12 años y tres dosis para ≥15 años. Están incluidos, tanto chicas como chicos, protegiendo a estos últimos de otras enfermedades relacionadas con el VPH diferente al CCU como ya se ha comentado. El 5 de octubre de 2018 la FDA publica a través de un comunicado de prensa la aprobación de ampliar el uso a mujeres y hombres de 27 a 45 años. La OMS tiene como objetivo para el 2030 que el 90 % de las niñas estén vacunadas contra el VPH al llegar a los 15 años.

Lamentablemente, la adhesión a la vacunación entre los varones es aún baja. En un estudio reciente entre hombres de edad laboral entre los 18 y 30 años la prevalencia agrupada de vacunación apenas alcanzó el 11 %. Es la asignatura pendiente en la vacunación contra el VPH y habrá que insistir en las campañas de vacunación en escuelas, centros laborales y servicios sanitarios públicos y privados. También puede ser de interés la divulgación a través de los diferentes medios de comunicación con especial énfasis en la importancia de esta vacunación para la prevención del cáncer.

Prof. Dr. José Antonio Gelpi
Internista