Hoy celebramos el Día Mundial sin Tabaco.

Sería ideal que todos los días fueran sin tabaco porque es la causa de que 8 millones de personas mueran cada año en el mundo.

Es muy importante tener en cuenta que más de un millón de las personas que fallecen como consecuencia del tabaco lo hacen por exposición al humo ajeno, es decir al generado por otros fumadores. Esa exposición no buscada es especialmente injusta por las tremendas consecuencias que tiene.
Como también es injusta la exposición involuntaria de los niños que también enferman y fallecen por el humo ambiental del tabaco.

Desgraciadamente los fumadores que fallecen por fumar lo hacen entre los 60 y los 64 años.

Estas muertes son evitables y lo sabemos desde hace muchos años.
Y lo saben también las autoridades de todos los países y también las industrias tabaqueras.
Los países y los productores se lucran de forma extraordinaria con el dinero de más de 1.140 millones de fumadores, unos vía impuestos y otros a través de la venta de 7.500 billones de cigarrillos cada año.

Es interminable la lista de enfermedades que produce el consumo de tabaco.
Las enfermedades cardiovasculares, los tumores malignos y las enfermedades respiratorias son las tres principales y producen un increíble grado de sufrimiento a los enfermos y a sus familiares y amigos.

A pesar de la gran cantidad de información que en este momento tenemos sobre los efectos del tabaco, del aumento del precio de las cajetillas, de las restricciones para su publicidad y para el consumo en locales públicos, de las advertencias impactantes en las cajetillas, sin embargo, todavía en España siguen fumando a diario 8.6 millones de personas.
Todavía una cuarta parte de los varones y un 18 % de las mujeres mayores de 15 años fuman a diario.

El coste sanitario que generan las enfermedades producidas por el tabaquismo es tremendo y completamente evitable y su reducción debería ser un objetivo prioritario para los estados y para los políticos.

El nuevo tabaco, los llamados productos de tabaco calentados como IQOS, Ploom, glo, PAX y los cigarrillos electrónicos no ayudan en absoluto a terminar con la epidemia del tabaquismo. Su publicidad, dirigida a los jóvenes y a los que quieren dejar de fumar como oferta segura en términos de salud es completamente falsa.
Estos productos son perjudiciales para la salud y además perpetúan el hábito de fumar o lo inician. Además la mayoría tienen nicotina, sustancia con un terrible grado de adicción para los seres humanos y que justifica en sí misma que haya en el mundo 1.140 millones de personas enganchadas al tabaco.

Por último, las ayudas para dejar de fumar deberían ser muy claras y accesibles, teniendo en cuenta que los fumadoras son personas sometidas a una adicción de tremendas consecuencias personales, sanitarias, económicas y sociales. En este terreno hay un notable margen de mejora posible.

Este es un día para reflexionar sobre la causa evitable que más personas mata en el mundo y para animarse a ser personas libres del humo del tabaco.

Dr. Javier Román García