El 8 de mayo  celebramos el Día Mundial del Cáncer de Ovario.
No es de los tumores más frecuentes del área genital femenina pero sí es el más amenazante para la vida. Solo algo más del 1% de las mujeres desarrollarán este tumor a los largo de su vida.
En el primer mundo es el segundo en frecuencia después del cáncer de endometrio y en los países en desarrollo es también menos frecuente que el cáncer de cuello uterino.
El más frecuente es el llamado carcinoma seroso de alto grado y sus causas son poco conocidas a fecha de hoy salvo en las mujeres afectadas por mutaciones genéticas bien conocidas que predisponen al cáncer ovario.
Se sabe que algunas situaciones pueden aumentar la frecuencia de aparición de este tipo de cáncer como edad avanzada, infertilidad, endometriosis, síndrome de ovario poliquístico y tabaquismo.
Afecta a mujeres en torno a los 60 años de edad salvo los casos genéticos hereditarios en los que la edad suele ser mucho menor.
El diagnóstico precoz, a diferencia de otros tumores ginecológicos, es muy difícil y muchas veces la enfermedad, cuando se detecta, está extendida dentro del abdomen.
Los síntomas iniciales son muy poco específicos pero la combinación de sensación de hinchazón abdominal, dolor pélvico o abdominal, dificultad para comer o sensación de plenitud precoz y síntomas urinarios como molestias o aumento de frecuencia deben hacer visitar rápidamente al ginecólogo. Desde luego esto es imprescindible si los síntomas persisten varias semanas.
Para el tratamiento de este tumor es fundamental una combinación de esfuerzos entre cirujanos y oncólogos.
La cirugía agresiva es clave para el control de la enfermedad.
Además, cada vez es más importante el estudio molecular del tumor para decidir la mejor terapia personalizada.
Lo habitual es que, antes o después de la cirugía, se requiera tratamiento quimioterápico combinado con tratamientos biológicos como los antiangiogénicos o los inhibidores PARP.
La tasa de éxito inicial en el tratamiento de esta enfermedad es muy alta pero las pacientes van a requerir seguimiento de por vida por posible recaídas.
El control completo de este tumor en todas las pacientes hoy no es posible y se requiere aun mucha investigación para ganar terreno en la prevención, en el diagnóstico precoz y en el tratamiento más efectivo de los casos más avanzados.
Por tanto, en el Día Mundial de Prevención del Cáncer de Ovario conviene recordar lo siguiente:

  • No hay prevención conocida para la mayoría de los casos pero las personas afectadas por síndromes hereditarios asociados al cáncer de ovario pueden hacer cirugía de reducción de riesgo extirpando ovarios y trompas.
  • La detección precoz es difícil pero es importante que las mujeres con síntomas persistentes que afecten al abdomen y la pelvis y alteren la normal alimentación o produzcan síntomas urinarios busquen consulta con su médico o su ginecólogo.
  • A pesar de los avances logrados en el tratamiento de este tumor, la investigación sigue siendo imprescindible y es la forma de lograr en el futuro controlar esta enfermedad.

Dr. Javier Román García